Escríbeme un poema con tu cuerpo, 
que tus brazos sean metáforas hilvanando mi espalda 
y tus dedos versos blancos en la honda oscuridad 
de mi vientre, que tu lengua se engarce en sinalefas a mi lengua 
y tus pechos acaricien la perfecta blancura de los míos 
con sus rimas intactas. 
Escríbeme un poema que hable de nosotros habitando 
las llamas, de gemidos subterráneos invadiendo la piel 
de lo imposible, que hable de erupciones, de humedades 
precursoras de océanos a conquistar entre las piernas, 
de tu sexo encarnado ondeando banderas de impaciencia 
bajo la desesperada tibieza de mi aliento. 
Sí, amor mío, escribamos un poema de viento y tempestades 
nacidas de nuestros latidos, de abedules en flor 
y chimeneas de otoño meciéndonos la desnudez, 
y, más tarde, leámoslo con la voz tan alta que los besos 
vuelvan a incendiarse y entre las sábanas no quede 
sino el recuerdo hecho cenizas de un solo suspiro.
María José Honguero Lucas
Poesiapura@poesiapura.com
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