Erase un muchacho noble,
Honesto y bien preparado
Que quería ser diputado
Para ayudar a los pobres.
Su padre; un viejo roble,
Lo subió con sacrificio
Lo alejo de los vicios
Y de las malas compañías
Por eso ufano decia
Mi hijo honraras ese oficio.
Cuando el tiempo le llego,
En una apretada elecciones
El joven sacó votos a montones
Y una curul ocupo.
A veces lo veo yo
Enfundao en un flu
Portando un gran cachafu
Y mucha gente detrás
Hoy goza de impunidad,
No paga agua ni luz.
Al cabo de algunos años
De ostentar el poder
Algo se decía de él
Como para hacerle daño.
Al escalar otros peldaños,
El sacó estas conclusiones
Tengo casas y fundaciones
Y otros servicios prestao
Pero eso me lo he ganao
Apenas son treinta millones.
Sin contar las exoneraciones,
La finquita y el ganao
Por lo que mucho he luchao
Pa cumplir obligaciones.
Y no veo las razones,
Dijo el joven de mi cuento
Para tantos aspavientos
Que inventan mis detractores,
Eso nomás son agitadores
Y lo demás... es lamento.
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