Ya yo tengo los párpados caídos,
Y mi pelo es tan gris que se asemeja a las nieves del invierno.
Ya son tantos los días que me caen encima que a veces hasta creo que son gotas de rocío.
Ya me siento tan viejo que mis pies apenas si soportan el peso de mi propio sufrimiento.
Pero a pesar de eso, mi corazón sigue gimiendo, todavía presiente que aun puede amar,
Y no cesa de llamarla.
Ten compasión (...) me suplica,
Hiéreme la carne si es preciso me reclama.
Pero de que te quejas... le pregunto,
Y él responde...
No me quejo señor, es que a pesar de mis años
Todavía amor me sobra para seguir amando
A quien de mi se ha burlado.
Autor: Ramón B. Sanchez
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