Yo quisiera
ver abierta las cárceles del mundo,
para que
de ella salgan las almas que allí yacen olvidadas, pero también quisiera abrir
un surco grande en la tierra para
sembrarlo de pan.
Otra cosa que
anhelo es descubrir un gran rió para llenar
mis manos de agua fresca y cristalina. Y después… después que tenga todo estas
cosas, solo quiero elevar mi voz lo más
alto que se pueda, para echar un grito de alerta,
un grito que se oiga en todos los confines de la
tierra, un grito que me llene de esperanzun grito que lo escuche en el cielo el altísimo.
Y si quiere acompañarme te pido
que lo haga, para que mi grito sea
tu grito,
que nuestro
grito sea como un himno de alabanza,como uno de esos cánticos que le cantamos a la patria.
Un grito por
la vida.
Un grito...
donde todos juntos elevemos una plegaria
al creador,
un grito,
para pedirle a coro que se
cierren para siempre las piernas de esas mujeres insensata, un grito para que en el vientre de esas
indolentes ningún fruto pueda volver a germinar.
Gritemos al
unísono para que no quede ningun vestigio de que alguna vez hubo en sus entrañas una
vida prisionera, gritemos NO AL ABORTO para que se apague por siempre esa hoguera de angustia y de tinieblas.
Ramón Sánchez.
De mi libro
“Retazo de Poesía “
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