Ana Emilia Abigail Mejía
Ana Emilia Abigaíl Mejía Soliere, nació en Santo Domingo
el 15 de abril del 1895 y falleció el 15 de marzo de 1941. Narradora, crítica
literaria y educadora. Cursó sus estudios primarios en el Liceo Dominicano y en
el Instituto de Señoritas
Salomé Ureña de Henríquez. En 1912 se graduó de Maestra Normal de Segunda Enseñanza en Barcelona,
España, país donde vivió durante muchos años. En 1925 retornó a República
Dominicana integrándose inmediatamente a las labores docentes como profesora de
Literatura, Pedagogía e Historia en la Escuela Normal
Superior de Santo
Domingo.
Fue una de la principales pioneras del feminismo en
República Dominicana. Fundó los clubes Nosotras (1927) y Acción Feminista, este
último dedicado a la formación de las mujeres de los sectores pobres del país.
Perteneció a varias instituciones culturales, entre ellas: el Ateneo
Dominicano, el Instituto de Investigaciones Históricas y la Asociación de
Escritoras y Artistas Americanas. Colaboró con las revistas La Cuna de América
y los periódicos Listín Diario, La Opinión y La Información. Sus obras Historia
de la literatura dominicana e Historia de la literatura castellana fueron
usadas como obras de texto para el nivel secundario por varias décadas. Es
además, autora de la popular novela Sueña Pilarín.
En las primeras décadas del siglo XX su pensamiento
feminista causó gran impacto, provocando diversas polémicas en los círculos
políticos e intelectuales conservadores de la época. De influencia Republicana,
escribió y vivió para las causas de la mujer y la literatura, fue además una
enjundiosa investigadora de la lengua castellana y excelente prosista.
Siguiendo los pasos de su padre Juan Tomas Mejía y
Cotes, escribió la primera Historia de la Literatura Dominicana (Santo Domingo:
Imprenta Caribe, 1937), 146 pp. En la Escuela Normal estuvo como profesora de
Castellano, Literatura, Pedagogía e Historia. Mejía en 1926 publicó en la
revista Blanco y Negro que dirigía Francisco A. Palau su "Plan acerca de
la fundación de un Museo Nacional en Santo Domingo", reflexiones sobre sus
experiencias de visitas y observaciones, a los museos del Prado, Louvre y a la
Pinacoteca del Vaticano. Tuvo bajo su responsabilidad la fundación y dirección
(cargo en el cual permanecería hasta su fallecimiento) del Museo Nacional. Posteriormente
publica en 1939 el primer catálogo editado en la República sobre un Museo.
En la II Reunión Interamericana del Caribe de
Arqueología en 1940, trabaja en la Comisión Segunda de Etnografía e Historia,
con un estudio titulado "Estudio comparativo de los restos arqueológicos
de las Antillas". Posteriormente en 1941,en el Primer Congreso de Municipios
Dominicanos, presenta la ponencia Creación y fomento de bibliotecas y
hemerotecas, donde abordaría los problemas de la "letra impresa",
expresando que: para que la letra impresa no sea "letra muerta" debe
hallarse el libro fácil, accesible a todas las manos, con toda la comodidad y
sin coste alguno su lectura.
Abigaíl Mejía es, sin lugar a dudas, la pionera del
arte fotográfico femenino en la República
Dominicana. En 1925
marca un hito: aparecen publicadas las dos primeras fotografías tomadas por una
mujer de su autoría para ilustrar un artículo de fondo en la revista La
Opinión, Revista Semanal Ilustrada (Año III, Vol.15, Núm.139 (3-IX-1925), s/p)
de Santo
Domingo.
Posteriormente, da a conocer, en dicha revista, una
serie de fotografías de la Ciudad Santa tomadas por Mejía durante su
peregrinación a Roma y a Lourdes, época en la cual para llevar a cabo su
campaña de sensibilización para la creación del Museo Nacional dio a conocer
“instantáneas” captadas por ella de museos y monumentos de España e Italia, que
son parte de un “álbum” que preparaba sobre sus itinerarios de viaje por la
vieja Europa. Una nota de los Editores al respecto dice: “El inquieto espíritu
de Abigail Mejía, tan femenina y tan... feminista, no satisfecho con darnos de
Roma sus ágiles y amenas impresiones literarias, ha querido completarlas con
estas fotografías obtenidas por la escritora durante su permanencia en la
ciudad de Nerón y San Pedro. Ellas ilustrarán el libro que sobre la urbe latina
prepara la gentil literata. Nosotros sabremos agradecer las primicias de
publicación que tan amablemente se nos ha brindado. Esta primera hoja del carné
fotográfico de Abigail Mejía reproduce un bello rincón de la hermosa Plaza de
San Pedro” (Ibidem).
Para 1925, año en el cual regresó definitivamente
al país, la escritora era considerada “la primera figura intelectual femenina
de la juventud”. En España había compartido amistad, tertulias y muestra de
intereses comunes en las artes, la literatura y el movimiento feminista con
Concha Espina, Blanca de los Ríos y Emilia Pardo Bazán.
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